top of page

Estrés

El estrés es la experiencia de sentir que lo que acontece sobrecarga y es difícil de gestionar, cuando estamos estresadas podemos percibir que lo que nos ocurre sobrepasa nuestra capacidad para afrontarlo. Es importante saber que lo que puede resultar estresante para una persona puede que no lo sea para otra y esto es normal, todas somos diferentes y sentimos de formas distintas.


Por ejemplo, para alguien puede ser muy estresante empezar un nuevo trabajo y poco estresante el clima de la ciudad, mientras que para otra persona puede ser muy estresante el clima y poco estresante el cambio laboral. Observamos entonces que los niveles de estrés percibidos varían entre individuos y también en una misma persona dependiendo del contexto.



Cómo Sentimos el Estrés?


Estar bajo gran estrés puede hacer que estemos preocupadas, nos sintamos con baja estima, estemos tristes, nos cueste concentrarnos, entremos en estados de hipervigilancia, impulsividad o irritabilidad (enojarse o enfadarse fácilmente), tengamos problemas para dormir, poca motivación, con apetito elevado o disminuido, con tensión o dolores musculares, problemas gastrointestinales, dolores de cabeza, cansancio (físico, mental, emocional). Cada persona puede presentar una serie de síntomas particulares.


Algunos síntomas del estrés pueden ser similares a los de la ansiedad, ya que el estrés puede activar nuestro sistema interno de "alarma", sin embargo cuando nos sentimos estresadas es posible identificar el/los "estresor/es", y generalmente cuando ya el/los estresor/es no está/n presente/s, los niveles de estrés disminuyen.


Es importante recordar que una persona nunca está completamente libre de estrés, los niveles de estrés manejables o saludables de la vida diaria nos pueden motivar, mantenernos activas, conducir a trazarnos metas, a tomar decisiones, realizar tareas, atravesar dificultades. Por otro lado, cuando estos niveles de estrés se elevan al punto en que se vuelven inmanejables, limitantes o molestos, lo más recomendable es buscar un espacio de terapia psicológica donde podamos trabajar por nuestro bienestar, niveles altos de estrés prolongados en el tiempo están asociados con el desarrollo de episodios depresivos y de gran ansiedad.



Qué nos Genera Estrés?


Tus experiencia de vida y aprendizajes en ella (conscientes e inconscientes), influyen en lo que percibes como estresante, por esto, lo que puede generar mucho estrés en una persona puede que no lo genere en otra. Asimismo, dos o más personas pueden identificar una misma situación como altamente estresante y reaccionar ante ella de formas similares o muy distinta.


Algunos ejemplos de situaciones que pueden generar estrés pueden ser: ambientales (ruido, trabajar desde casa, restricciones debidas a la pandemia, el clima), laborales (sueldo insuficiente, ocupación que no es la deseada, jefa o jefe no asertivo), familiares (discusiones, separaciones, dificultades en la comunicación), de pareja (salud mental de la pareja, problemas de comunicación, separaciones, maltrato), amistades (falta de apoyo social, discusiones), personales (emigrar, cambios en la vida, adaptación).


Cómo Reaccionamos ante el Estrés?


Cuando sentimos que estamos en peligro real o nos sentimos amenazadas, se activa en nosotras un "sistema de alarma" interno, éste nos permite reaccionar en cuestión de segundos ante lo que consideramos una amenaza, estas respuestas naturales en los seres humanos son: la de pelea, huida, congelación o sumisión. En situaciones de estrés muy alto donde nuestra integridad está en peligro, nuestro organismo puede responder de alguna de estas tres formas de manera automática para protegernos.


En otras situaciones productoras de menor estrés, es posible que se activen también alguna de estas respuestas de distintas maneras, por ejemplo: hacer amistades en una nueva ciudad puede ser estresante, de manera que la persona puede irse de una reunión social (respuesta de huida), otra persona puede estar con una pareja que muestra una conducta que le genera estrés y responder actuando pasivamente ante ella sin conseguir ser asertiva (respuesta asociada a la congelación o sumisión) o mostrarse enojada y discutir (respuesta de pelea).


Además de estas reacciones ante el estrés, cada persona tiene estrategias que utiliza para afrontar el estrés, por ejemplo: buscar apoyo social o profesional dependiendo del caso, ignorar lo que genera estrés, buscar y probar opciones de respuesta, probar distintas estrategias de solución de problemas, tomar decisiones, hacer cambios personales o en el ambiente, practicar ejercicios de relajación para manejar las emociones, realizar deportes, mejorar los hábitos alimenticios, participar en actividades de entretenimiento o esparcimiento.


Las formas en las que respondemos y manejamos el estrés varían, tienen que ver entre otros aspectos con: el acceso que tenemos a recursos, los aprendizajes (conscientes e inconscientes) que hemos tenido a lo largo de nuestras vidas y las capacidades o habilidades que hemos desarrollado.



Tu Historia de Estrés


Tu historia de vida está llena de experiencias que le han dando forma a la manera en que respondes y gestionas el estrés. Cuando te enfrentas a estresores en el presente, tu cuerpo y mente acceden a una memoria llena de recuerdos relacionados con el estrés, estas vivencias previas se puede activar de forma consciente o inconsciente al momento de gestionar lo que ocurre.


Por ejemplo, haber crecido en un ambiente donde la mayoría de estresores eran manejables y había apoyo (material, emocional, físico, psicológico), pudo haber facilitado que aprendieras diferentes estrategias de afrontamiento y manejaras los eventos con más seguridad, tus recuerdos te indican en el presente que la experiencia es difícil, pero que es posible manejarla. Sin embargo, haber estado rodeada de variados estresores con poco o nulo apoyo, haber sufrido estrés crónico, pudo haber ocasionado que en el presente sientas que no eres capaz de manejar la sobrecarga de lo que vives, tu cuerpo y mente pueden recordar el pasado y conducirte a pensar que nadie podrá ayudarte o nada se puede hacer.


Los ejemplos anteriores son solo posibilidades, no todas tenemos los mismos aprendizajes de nuestras experiencias pasadas o reaccionamos de igual manera bajo las mismas circunstancias.



Estrés y Terapia Psicológica


Algunos de nuestros aprendizajes previos (conscientes e inconscientes), pueden estar en este momento sirviendo de guía positiva o por lo contrario, limitándonos de alguna manera, la terapia psicológica te permite identificar lo que te ocurre y contribuye a que recobres tu bienestar.


Cuando nos sentimos muy sobrecargadas es saludable buscar apoyo, puede que esto no se sienta natural si en el pasado no tuvimos suficiente apoyo en momentos de mucho estrés y a lo mejor tuvimos que manejarlo todo nosotras solas. Fuiste valiente, seguiste adelante a pesar de todo el esfuerzo requerido y las dificultades encontradas, es valiente también atenderte, es saludable también tratar el dolor emocional que ha ido quedando en ti sin que nadie lo sostuviera.


Somos seres sociales, es normal querer transitar en algún momento los retos y sobrecarga de la vida con alguien que brinde acompañamiento de forma empática y compasiva, respetando nuestros tiempos y ayudándonos a entender lo que vivimos, facilitando que cambiemos, sanando nos damos cuenta que dentro de nosotras están las respuestas, las cualidades, las fortalezas y la sabiduría para continuar y enfrentar lo que nos acontece.


__

Camoa Bastidas

Psicóloga







bottom of page